James Cameron, director del filme Titanic, se pronunció sobre el Titán, sumergible turístico que perdió contacto en su camino para llegar al famoso transatlántico británico, luego de que la compañía de submarinos OceanGate emitiera un comunicado explicando que los restos hallados en el fondo del océano Atlántico pertenecen a dicho navío.
Cameron expresó su opinión sobre la tragedia en entrevista para la ABC News, debido a que forma parte de la comunidad de buceo desde hace mucho tiempo y hasta la fecha ha realizado 33 viajes al Titanic.
“La gente de la comunidad estaba muy preocupada por este submarino. Varios de los principales actores en la comunidad de ingeniería de inmersión profunda incluso escribieron cartas a la empresa, diciendo que lo que estaban haciendo era demasiado experimental para transportar pasajeros y que necesitaba ser certificado”, expresó el director.
“Me llama la atención la similitud del desastre del Titanic en sí, donde se advirtió repetidamente al capitán sobre el hielo delante de su barco y, sin embargo, navegó a toda velocidad hacia un campo de hielo en una noche sin luna y, como resultado, muchas personas murieron. Para nosotros, es una tragedia muy similar donde las advertencias no fueron escuchadas. Tener lugar exactamente en el mismo sitio con todo el buceo que se está realizando en todo el mundo, creo que es simplemente asombroso. Es realmente bastante surrealista”, agregó.
De la misma manera, James habló sobre cómo había conocido al explorador del Titanic Paul-Henri Nargeolet durante 25 años y expresó que estaba de luto por la muerte de su amigo, que estaba en Titán.
“El legendario piloto francés de buceo sumergible era amigo mío. Sabes, es una comunidad muy pequeña. Conozco a Paul-Henri desde hace 25 años, y que haya muerto trágicamente de esta manera es casi imposible de procesar para mí”, expresó.
Además de Nargeolet, los que se encontraban a bordo del Titán eran el empresario británico Hamish Harding; su colega británico-paquistaní Shahzada Dawood; su hijo Suleman, de 19 años; y el CEO de OceanGate, Rush, que estaba pilotando el submarino.